Se acercan celebraciones muy especiales. Tanto si es con la familia como con los amigos, recibir en casa es lo suyo. Una de las características de una buena anfitriona es deleitar a sus invitados con una comida opípara y un buen ambiente.

Y como los pequeños detalles dan grandes resultados, vamos a armonizar la mesa con unos servilleteros muy a tono.

Material:

  • tela de algodón estampada
  • entretela adhesiva
  • cordón rústico
  • aguja de ojo grande
  • botones
  • hilo a tono
  • aguja de hacer media

 

A continuación vamos a detallar los pasos para hacer un servilletero:

paso 1 Cortar las piezas

  1. Cortar un rectángulo de 21 cm de ancho y 10 cm de alto de tejido estampado (margen de costura de 0,5 cm incluido).
  2. En la entretela adhesiva, cortar un rectángulo de 20 cm de ancho y 9 cm de alto.

paso 2 Entretelar la pieza estampada

  1. Colocar centrada la cara adhesiva de la entretela (brilla más que la cara que no lleva el adhesivo) contra el revés del rectángulo estampado. Quedará un margen de 0,5 cm sin entretela.
  2. Pasar la plancha caliente y con vapor. No arrastrar la plancha como haríamos normalmente. Cuando entretelamos, damos toques con la plancha dejando unos segundos para que el pegamento de la entretela se deshaga y se pegue bien al tejido.
  3. Dejar que la pieza se enfríe.

paso 3 Alfileres y marcas

  1. Doblar por la mitad horizontal y poner unos alfileres.
  2. Hacer unas marcas para indicar la abertura de 3 cm por donde giraremos el servilletero del derecho.

paso 4 Coser

  1. Coser a 0,5 cm del borde del tejido dejando la abertura sin coser.
  2. Asegurar el inicio y final de cada una de las dos costuras.

Pespunte servilletero

Paso 5 Volver del derecho

  1. Volver del derecho por la abertura que hemos dejado sin coser.

Dar primero la vuelta a uno de los extremos y con paciencia ir estirando hasta sacarlo. Después hacer el segundo extremo. Si se hacen a la vez la abertura se llena de tejido y no pasa ni un lado ni el otro.

Volver servilletero del derecho

  1. Con la ayuda de la aguja de tejer, sacaremos muy cuidadosamente las esquinas.

Las tijeras no son recomendables para esta tarea, porque agujerean el tejido sin miramientos.

Puntas sacadas con una aguja

paso 6 Planchar

  1. Meter hacia dentro los márgenes de costura de la abertura.

Márgenes costura de la abertura

  1. Planchar el servilletero con la ayuda de la punta de la plancha.

paso 7 Coser el borde

  1. Coser a 0,5 cm del borde todo el contorno del servilletero.

 Con este pespunte cerramos la abertura y dejamos la pieza más estable.

 Ya tenemos el servilletero cosido, falta añadir el botón que servirá como cierre al colocar dentro la servilleta. 

paso 8 Coser el botón

  1. Enhebrar la aguja con una hebra de cordón de unos 50 cm (es preferible trabajar con un margen)
  2. Hacer un nudo al final de la hebra.

Enhebrar cordón

 

  1. Colocar el botón en la mitad.
  2. Coser el botón con el cordón tomándoos vuestro tiempo. 

Coser botón con el cordón

 

  1. En la última puntada no sacar la aguja por el agujero, sino por la base del botón.

Última puntada botón

 

  1. Dar una vuelta con la hebra alrededor del botón.

Vuelta a la base del botón

 

  1. Clavar la aguja debajo del botón.

Costura botón

 

  1. Estirar la aguja como haríamos normalmente hasta que quede un bucle de hebra de 15 cm de largo por el derecho del servilletero.

Hebra de cordón

 

  1. Rematar por detrás con un par de puntadas.

Remate botón servilletero

Si os apetece, podéis repasar la técnica de cómo coser un botón.

Ya tenemos servilletero listo para ¡una producción en serie!        

Antes de animaros a hacer una docena de estos entrañables complementos decorativos, haced uno y probad la servilleta dentro. De esta manera podéis perfeccionar el ancho, el largo de la hebra, el tamaño de botón… en función de vuestra mantelería.

Servilletero de navidad con botón

 

Ahora solamente queda sacar del horno el magret de canard y esperar que vayan llegando los invitados.

Servilletero de navidad

Espero que tengáis unas felices fiestas y que los servilleteros no brillen más que vuestro flamante peinado.

Hasta la próxima,
Betsy