Seguramente más de una vez, caminando por la calle, os habéis cruzado con una representante de la nueva ola del equilibrio entre cuerpo y mente.

¿Cómo reconocerlas? Por su paso ligero pero seguro y mirada despejada y radiante. En el bolso, normalmente mullido y de colores pastel, llevan todos los útiles necesarios para la sesión del día. No faltarían a su cita con facilidad, ¡están a prueba de tentaciones!  En ese fugaz encuentro, intuimos que se dirigen a alguna especie de templo en el que tranquilizan su espíritu a través de la creatividad y la paciencia.

¿Son yoguis que van a clase o alguna comunidad neohippy asentada en la ciudad? Queridas, la respuesta es no. Practican la costura, ya sea yendo a un taller o a casa de una amiga o volviendo de inspirarse de una exposición de moda contemporánea.

 La costura es el nuevo yoga

 

Coser se ha convertido en una de las actividades que acumula más adeptos gracias a sus beneficios físicos y espirituales, siendo una experiencia muy parecida a la práctica del yoga. Vamos a detallar algunas de las claves de la costura terapéutica:

  • El resultado no es tan importante como el proceso de expresarnos a través de la creatividad. Liberamos parte de la tensión de nuestro día a día haciendo algo con nuestras manos. ¡De lo sencillo que es, resulta revelador!
  • La repetición de determinados pasos de costura es una especie de mantra, que serena nuestra mente y emociones, adentrándonos en un estado meditativo.
  • Conectar y compartir nuestras experiencias con otras personas afines a la costura nos hace ser más sociables y amistosos.
  • La práctica de la paciencia es uno de los grandes beneficios de la costura, de gran utilidad en todos los aspectos de nuestra vida. Como sabéis, una costurera con paciencia es una costurera equilibrada.
  • Hacernos nuestra propia ropa y complementos hace que aceptemos mejor nuestro cuerpo y ganemos seguridad.
  • Coser y ver las diferentes fases de desarrollo de una prenda nos hace valorar otros aspectos y disminuir el deseo de comprar tanto. Nos damos realmente cuenta de que ¡no se necesita tanto para ser feliz!

Si además de coser, también practicáis yoga, los beneficios se multiplican y nos convertimos en las personas más relajadas y felices del vecindario.  ¿Practicáis la costura terapéutica? ¿Experimentáis algún beneficio zen más?

Espero vuestras opiniones envuelta en una nube de incienso y entonando un Oooommmm mientras coso un bajo a mano. 

Betsy